Entrevistas Musica Rock P&R Chino Moreno líder de Deftones habla sobre Private Music Stingray MagazineAgosto 20, 20250150 Vistas Álbum que combina espiritualidad, fuerza y experimentación sonora, y que marca un nuevo capítulo para la banda tras más de tres décadas de carrera. Cortesía En medio de largas jornadas de ensayo en Los Ángeles, Chino Moreno se prepara para el lanzamiento de Private Music, el nuevo disco de Deftones que verá la luz junto con una extensa gira mundial. A lo largo de la conversación, el frontman reflexiona sobre el impulso creativo que ha revitalizado a la banda, la importancia de la comunicación con sus compañeros, la conexión con el productor Nick Raskulinecz y el trasfondo casi espiritual que atraviesa las nuevas canciones. A más de treinta años de haber comenzado su viaje, Moreno asegura que la pasión sigue intacta: “Todavía sentimos la emoción de entrar juntos al estudio y descubrir hasta dónde puede llegar nuestra música”. ¿Qué has estado haciendo estos días? Preparación. Nos estamos preparando, obviamente, para nuestro disco y una gira que empieza el mismo día del lanzamiento. Así que estoy aquí en Los Ángeles, llevo aquí toda la semana en un estudio de ensayo y, también, haciendo prensa. Empezando, prácticamente, a las nueve de la mañana y terminando en el estudio sobre las siete u ocho de la noche. Casi unas 12 horas completas de Deftones. Private Music se ha descrito como una de las declaraciones más definidas de Deftone hasta la fecha. Desde tu perspectiva, ¿qué hizo que este disco se sintiera tan definido? Hemos crecido mucho en los últimos cuatro o cinco años, desde nuestro último disco. Han pasado muchas cosas en el mundo y en nuestras vidas. Ha sido increíble tener estas experiencias vitales. Fue un gran momento para ser creativos. Todos, de forma individual y colectiva, sentimos realmente este impulso creativo. Estamos muy agradecidos de estar en esta etapa de nuestra carrera, después de treinta y tantos años grabando discos, y sentirnos tan desvitalizados. Fue muy emocionante para nosotros. La verdad, disfrutamos mucho estando juntos y escribiendo estas canciones. Por mi parte, disfruté haciendo este disco más que con casi cualquier otro disco que hayamos hecho, creo que se nota en todo el grupo. Has vuelto a trabajar con Nick Raskulinecz después de Diamond Eyes y Koi No Yokan, ¿qué es lo que sigue resonando contigo de su enfoque? Es muy práctico, y es una persona increíble, en general. Pero, en cuanto a su trabajo, es unipersonal. No tiene tantos asistentes a su alrededor, solo es él. Está en la habitación con nosotros mientras escribimos. Cuando grabamos, él está detrás de la consola, controlando cada detalle. Está muy concentrado, desde el inicio de las canciones hasta el final de cada mezcla. Me encanta eso de él. Y, especialmente al componer las canciones, nos ayuda a mantenernos concentrados. Eso es una de las cosas más importantes: a veces, al empezar a escribir, nos divertimos y perdemos en el espacio, como en un trance. Y él nos ayuda a pulir nuestras ideas y volver a la esencia de lo que las originó. Entonces, a la hora de estructurar las canciones y armarlas, él es la sexta voz en la sala, ayudándonos, permitiéndonos ser nosotros mismos y ser creativos. Nos ayuda a que todo tenga sentido. Como un ancla creativa, prácticamente. El disco tiene un trasfondo casi psicodélico y espiritual, ¿fue intencional desde el principio o surgió durante la composición? Suele pasar. Ahora bien, eso es lo que ha existido en nuestra música, más aún en los últimos discos que hemos hecho. Para mí, esa es la parte divertida. Como dije antes: empezamos una idea –lo cual es muy emocionante– y luego nos sumergimos en el olvido [trance] y vemos hasta dónde podemos llevarla, atmosféricamente y sonoramente, que es la parte divertida. Y luego, como dije, Nick nos ayuda a volver a ponerlo en marcha. Lo último que hacemos después de estructurar, de grabar y de terminar las voces suele ser cuando entra la parte de Frank Delgado. Y, aunque ha estado trabajando con nosotros todo el tiempo, es entonces cuando realmente empezamos a experimentar y ver cómo podemos añadir todas esas capas que hacen que la canción se sienta casi tridimensional. Es como espolvorear todo el polvo de hadas al final. Hablemos de ‘my mind is a mountain’. Es una canción introspectiva y, a la vez, muy expansiva, ¿podrías contarnos un poco de ella? Esa canción, cuando la escribimos, recuerdo que pensé: “Quiero que esta canción sea el inicio del disco”. Y cuando grabé mis voces para este disco, fue en el orden en que se escuchan. Entonces, la última canción que canté fue ‘departing the body’. Básicamente, salvo un par de cosas, ya tenía la secuencia del álbum en mente. Pero siempre, al escuchar la canción cuando la estaban componiendo, sentí que era una gran introducción a este álbum, sonoramente es potente y estruendosa. Me gusta la lírica de la canción, el título, todo transmite esa vibra de: “Bienvenidos de nuevo, aquí estamos”. Representa dónde estamos, adónde nos llevará este disco, el viaje que seguirá. Tiene una vibra mental muy positiva, una actitud donde el título por sí solo, ‘my mind is a mountain’, me parece una montaña, se siente muy fuerte. Pero también, la canción en sí es: todas estas cosas que nos lanzan y, básicamente, que somos lo suficientemente fuertes para lidiar con todo esto, lo superaremos con esfuerzo. Tener la fuerza para superar cualquier obstáculo que se nos presente. Así que se vuelve algo menos pretencioso y demasiado confiado, es más como, “Oye, ya sabes, soy tu ser humano”. Entonces es para ser más alentador, esa fortaleza mental, supongo. Después de más de tres décadas juntos, ¿cuál es la evolución más significativa de tu proceso creativo con Stephen [Carpenter] y Frank [Delgado]? Nuestra comunicación está en un muy buen estado. Uno de los momentos más difíciles del grupo fue cuando no nos comunicábamos bien. Y mucha gente piensa que somos una banda, especialmente Stephen y yo, donde discutimos constantemente, lo cual no es cierto. A veces, obviamente, todos somos personas diferentes. Tenemos ideas diferentes. Y, muchas veces, el hecho de que no estemos de acuerdo es algo genial, acentúa la dicotomía sobre el tipo de música que hacemos. Tenemos influencias diferentes, pero, también, tenemos muchas cosas en común. Cuando no hablas de ciertas cosas, incluso si es algo en lo que no estamos de acuerdo, es bueno hablarlo y luego pensar: “¿cuál es el medio que nos permite ser felices a ambos?” Todos estamos muy emocionados. La comunicación es clave, creo que en cualquier relación, especialmente en una banda. Y nuestra comunicación se ha fortalecido mucho, después de todos estos años. Como dije: algunos de los peores momentos son cuando no nos comunicamos. En cambio, simplemente nos cerrábamos. Y eso nunca ha ayudado. Tu bajista de gira, Fred [Sablan], también aparece en el álbum, ¿qué aportó a las sesiones? Trajo unas líneas bajo geniales. Es un bajista increíble, tiene mucho talento. Tiene muy buena memoria. A nuestra edad, tenemos muchísimo catálogo, muchísimas canciones, entonces, incluso cuando ensayamos, tenemos que reaprender algunas cosas. Muchas veces tengo que buscar en internet cuál es mi lírica en cierta canción. Curiosamente, muchas veces la letra que está en línea está mal. Mientras leía, pensaba: “Yo no escribí esto. Así que tendré que buscar la letra correcta, pero hay mucho que recordar”. Y [él] tiene una memoria increíble. Es como si llegara, aprendiera todas estas canciones y las recordara por completo. Siento que encajaba perfectamente con su personalidad. Siento que lo conozco de toda la vida, es de la misma zona que nosotros. Hay seis en California donde sentimos que todos tenemos sentido del humor y todo eso. A todos nos cae bien. Se siente muy cómodo alrededor de él. En cuanto a escritura, muy creativo, y más que nada, simplemente una gran persona con la que poder entrar y ser parte. Después de 30 años, ¿qué es lo que todavía te sorprende de hacer música con Deftones? El simple hecho de que todavía podemos y tenemos la pasión para hacerlo. Es decir, han sido muchos años estando tan cerca de todos. Conozco a Stephen desde los 10 años, en la secundaria. Hemos sido amigos casi toda la vida, muy cercanos, y pasamos todos los días juntos. Ahora, obviamente, vivimos separados. Pero cuando volvemos a reunirnos, es una alegría, es muy emocionante: “¡Oh, tenemos la oportunidad de seguir haciendo esto!”, así somos. Y, como dije, después de esto, puedo ir a ensayar durante unas ocho o seis horas, y todavía lo espero con ilusión. Es algo por lo que estoy muy agradecido. La gente con la que trabajo y tengo un trabajo con el que realmente disfruto, ya sabes, trabajar todavía así.